Un niño es tierno, dulce, alegre, juguetón y divertido, pero es egoísta. No quiero decir que un niño es malo, es su naturaleza, el mundo ha girado a su alrededor y eso ha aprendido.
Llora y lo atienden, grita y lo atienden, balbucea y le hacen fiesta, desde que descubrió el mundo por primera vez el mundo ha estado a sus pies. Crecer para él, es el penoso y doloroso proceso de descubrir que el mundo real no es así, cada día deberá aprender que cada vez tiene menos atención de todas esas personas que una vez volcaron su atención hacia él... pero algunas personas no lo aprenden.
Es por eso que el síndrome del niño es cuando crees que el mundo gira alrededor tuyo. Lo que hacen las personas, o lo que no, es a favor o en contra tuya, como sea, tiene que ver contigo... por lo menos eso es lo que crees.
La vida es dolorosa para quien tiene el síndrome del niño, cree que todo tiene que ver con él o con ella. Por eso es conflictiv@ y sus relaciones no son duraderas. No está acostumbrad@ a dar, sólo a llorar para que lo atiendan o a ser eufóric@ para que le hagan fiestas. No busca a una pareja, busca a una figura paterna o materna para ser cuidad@. Lo curioso es que podría encontrarl@.
Hay mucho que aprender de los niños, como no tomarse todo tan en serio y ser alegres a pesar de las circunstancias, pero es mejor crecer e imitarlos, que ser un niño y aparentar haber crecido.
octubre 22, 2008
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