octubre 23, 2008

#18


Debes estar dispuesto a aprender.

Las personas adultas somos más tiempo niños que adultos. Durante los últimos días ha sido más recurrente dar consejos amorosos que lo normal. Lo curioso es que las inquietudes han sido del tipo: si toco el fuego ¿crees que me queme? ¿o mejor dejo el encendedor y dejo de jugar con él? ¡Me pregunto cuál podría ser el consejo adecuado para esa inquietud!

Pero la cosa no termina ahí. El niño-adulto escucha atentamente el consejo, aparentemente le parece bien y se marcha. Más tarde, el niño-adulto regresa y me dice, tenías razón, me quemé y, no sólo eso, me dolió. Es decir, que no le bastó escucharlo y entenderlo, fue y experimentó. Finalmente pudo aprender la lección, pero sólo porque estuvo dispuesto a aprender y, en el fondo, porque definitivamente quiere ser feliz.

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