agosto 12, 2008

Wall-e: Recordando que fuimos humanos

¿Cuándo fue la última vez en la que te temblaron las piernas luego de besar a quien te roba el sueño? Perdemos la capacidad de asombro, ¿no es cierto? ¿Y qué tal la capacidad de sentir? Luego de un tiempo de intentarlo, algunos litros de líquido salado también conocido como lágrimas y algunos corazones rotos perdemos la sensibilidad.

No sé si deba enorgullecerme por tartamudear cuando le digo al sexo opuesto lo mucho que me gusta o por sonrojarme cuando me halagan, pero me hace sentir bien poder hacerlo... aún. Por eso Wall-e me parece no sólo el símbolo de la lealtad, de la amistad y del amor, sino que representa para mí la porción exacta de infancia con la que todos debemos sazonar cada día nuestras vidas.

Son muchas las escenas memorables de la segunda película de animación de la dupla maravilla Disney-Pixar (la primera fue Ratatouille, 2007). En el caso de Wall-e, mis favoritas son cuando mirando la película Hello Dolly con Eva él quiere tomarle la mano, cuando trata de que Eva reaccione luego de que guardó en su interior la planta y cuando finalmente "se besan" ambos robots. Mi preferida es cuando finalmente se toman la mano. Al parecer, de forma irónica nos quieren decir que un robot puede ser más sensible que una orda de humanos obesos que son incapaces de interactuar unos con otros físicamente gracias a la interacción virtual que les posibilita la tecnología.

Hay muchos mensajes que rescatar de la película como la conciencia ecológica, pero el mensaje poderoso del amor es el que finalmente mueve todo. Tener la capacidad de dejar la comodidad en la que te encuentras para ir en pos de aquello que le ha dado sentido a tu vida no es una obviedad. La entrega no es común ya en estos días, priva el egoísmo: primero yo, después yo y al último yo. El amor actual es una moneda de cambio con el que se adquieren mercancías, entre ellas el favor de una supuesta reciprocidad, que en realidad está condicionada al tipo de cambio de dicha moneda, el famoso "dando y dando" que finalmente es un "quiero-necesito-merezco".

Esta película me deja con varias lecciones sobre la vida, el amor y la felicidad, pero resumiendo: Sorprende con una caricia, encanta con la tenacidad que da el amor, enamora con tu entrega, romancea con tu imaginación, cuida con el corazón, atraviesa el universo por aquella persona a quien amas y si así no entiende que tu corazón arde por su compañía, comienza todo de nuevo, pero sin esfuerzos, que el amor, el amor se da.

Wall-e es el robot que nos recuerda cómo amar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

wwoooww
tu fan .... #| ...

Cecilia Guadarrama dijo...

Hola!!!!!
Hace mucho que no estaba acá, te saludo y me estoy saltando el post de la peli porque me muero de ganas de verla y nomás no he podido...
Leí las dos primeras líneas. Hace mucho que dejaron de temblarme las pierrnas :(
Pero sé que por ahí está quien vuelva a provocar ese sentimiento.
Besotototototes