Muy a tono con los Juegos Olímpicos reconocí un síndrome que es muy mexicano. Hasta nivel deportivo es muy común, eso sí, con una ayudadita de los medios de comunicación, es aún más notorio.
Cada cuatro años los medios de comunicación buscan a los próximos héroes mexicanos, los que pondrán muy en alto el orgullo nacional, quienes harán resonar el himno aunque sea para recibir unas medallas de bronce, si es que lo logran.
Cada vez son menos, pero prometen mucho. Lo dan todo, nos hacen creer que se merecen todo, nos convencen de que lo que hacen y lo que son es digno de todas las alabanzas y de nuestra confianza. Mueven en ocasiones a todo a su alrededor para al final decir, "hice todo lo que pude", pero en realidad ni hizo ni pudo.
¿Qué pasa cuando vas por la de oro y nomás no ganas? Al contrario pierdes la confianza, el respeto y pasas al olvido porque no aportaste nada. Hay que hacer historia, hay que dejar huella en las personas, hay que ser unos apasionados en lo que hacemos, hay que hacer nuevas marcas mundiales y olímpicas, ser los mejores en lo nuestro. No es un mensaje más de superación en el tono del trístemente célebre "sí se puede", es darnos la oportunidad de ser dignos de confianza, de cambiar el entorno por el que tanto nos quejamos.
Nunca podré exigir algo que no doy, que no soy.
Cada cuatro años los medios de comunicación buscan a los próximos héroes mexicanos, los que pondrán muy en alto el orgullo nacional, quienes harán resonar el himno aunque sea para recibir unas medallas de bronce, si es que lo logran.
Cada vez son menos, pero prometen mucho. Lo dan todo, nos hacen creer que se merecen todo, nos convencen de que lo que hacen y lo que son es digno de todas las alabanzas y de nuestra confianza. Mueven en ocasiones a todo a su alrededor para al final decir, "hice todo lo que pude", pero en realidad ni hizo ni pudo.
¿Qué pasa cuando vas por la de oro y nomás no ganas? Al contrario pierdes la confianza, el respeto y pasas al olvido porque no aportaste nada. Hay que hacer historia, hay que dejar huella en las personas, hay que ser unos apasionados en lo que hacemos, hay que hacer nuevas marcas mundiales y olímpicas, ser los mejores en lo nuestro. No es un mensaje más de superación en el tono del trístemente célebre "sí se puede", es darnos la oportunidad de ser dignos de confianza, de cambiar el entorno por el que tanto nos quejamos.
Nunca podré exigir algo que no doy, que no soy.
1 comentario:
Nota al margen...
Ya terminaron los JO!!!
Y yo, me largo a la tele.
Noticias, en el blog.
Un beso :)
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