Hay muchas cosas que contar, luego de tres semanas de ausencia en este blog. La más importante, la respuesta a la pregunta ¿qué pasa cuando quieres darte la oportunidad de creer que alguien piensa tanto en ti como para sentirte importante para ese alguien?
Luego de estar en Buenos Aires, además de la experiencia de conocer a la ciudad y a su gente, una linda brasileña me hizo sentir especial. Además de que la plática fue amena y el entendimiento asombroso en portuñol puro, me dijo una frase mágica: "Nadie es como tú en Brasil".
Halago o no halago, cumplido o no cumplido, eso me hizo sentir tan especial como hace mucho no me sentía. Me hizo reflexionar y decidir que mi corazón no sería de alguien que no pudiera ver en mí mi escencia, lo que doy, lo que soy: mi persona.
Por si eso fuera poco, y esto es lo más importante, regresando descubrí que una personita, de quien el tiempo solamente puede contar las historias, vio en mí lo que hasta ese momento ninguna mujer había visto: a la persona. Me enamoro de su atrevimiento y de su manera de comunicarme que puede verme entre toda la gente, como yo a ella, pero esa es otra historia.
Yo sabía que la mujer que pudiera percibir mi presencia en medio del ruido, el bullicio y la locura de la cotidianidad sería el objeto de mi especial afecto... y esta vez no creo equivocarme. Las incógnitas están por despegarse.
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1 comentario:
Hola jovencito...
Espero que esa historia, nueva, termine con un final chido... como tu.
Bonita semana.
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