Amar duele cuando hay miedo. Todos tenemos miedos, pero en el amor el miedo puede desvanecerlo en un instante, todo es desgastante, todo es tristeza, todo es desilusión, todo es desconfianza.
Seguramente los sicólogos tienen su explicación, sus argumentos, pero el miedo en el amor socava la confianza, socava a la persona y destruye a la pareja, pues genera en ella una sensación de culpa y de frustración.
¿Cuántas veces no hemos sido interrogados sobre lo que hacemos, el tiempo que invertimos haciéndolo, el tiempo que nos tomó llegar a un lugar, la razón por la que vimos a alguien, la razón por la que nos llamó alguien al celular, etcétera, etcétera, etcétera? He escuchado que es inseguridad, pero aquí el problema no es el origen, si no lo que ocasiona.
He visto cómo personas seguras de sí mismas, que no escatiman nada a la hora de darse en una relación, terminan dando largas explicaciones sobre sus acciones a personas que preguntan por qué pasaron más de dos horas en un café con sus amigos. Lo curioso es que ese tipo de personas en un principio no son así, por lo general. Se ganan la confianza y el cariño y de un día para otro sugieren con su comportamiento que la otra persona les pertence.
Ya envueltos en el enamoramiento, no nos damos cuenta del control al que estamos sometidos. Es más, los justificamos diciendo "es que le importo" o "se preocupa por mí", cuando lo que realmente quieren es ejercer un control malsano de nuestra vida. Increíblemente, los reclamos suben de tono y sugieren que somos unos infieles, que no decimos la verdad, que "algo" estamos ocultando. ¿Qué puede ser? ¿Que estamos "viendo" a alguien más?
Lo peor es que se enojan, se ofenden y nosotros nos deshacemos en explicaciones. Terminamos mintiéndoles "para que no se enojen", por que en el fondo sabemos que es un chantaje emocional que no tiene razón de ser pues "no estamos haciendo nada malo", pero detrás de todo esto hay un miedo que no admiten y amar duele cuando hay miedo. Son personas que no disfrutan una relación, la sufren.
La verdad es que cuesta mucho trabajo huir de una relación así, como en la mayoría de las ocasiones terminamos mintiendo, la culpa que sentimos llega a ser profunda, realmente nos hacen creer que no estamos a su altura, que somos malas personas por hacerlos sufrir tanto y que traicionamos su confianza, su amor. De estas relaciones, hay que salir corriendo porque en la gran mayoría de los casos que me ha tocado ver, luego de que tanto dolor termina con la relación, la víctima de esta situación está segura de que nadie más va a amarl@ igual.
3 comentarios:
Changos...
Un retrato muy puntual, muy cierto de las cosas. Pero creo que quien hace eso (el que controla) es quien realmente tiene más miedo.
Siempre he dicho: el que engaña se engaña a sí mismo.
Abrazos
Sí, cierto, el que engaña se engaña a sí mismo... pero desgraciadamente se lleva a muchos entre las patas.
Creo que el que engaña no es que sea una mala persona… simplemente ama hasta donde pudo en su capacidad… en el plan divino uno se transforma cuando ama… así que ahí te dejo que tanta capacidad tiene de transformación… cuando creo que no se ama así misma…
tu fan n°1 ....
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