Fija límites.
No fijar límites te hace reo de los demás, tanto de su voluntad como de sus expectativas. Fijar límites es sano: le dice a los demás a qué atenerse contigo, hasta dónde pueden llegar e incluso qué tipo de cercanía mantener. Fijar límites te ayudará a que cuando digas que sí, los demás sepan que es un sí y que cuando digas que no los demás sepan que realmente equivale a un no.
Fijar límites también ayuda a estar bien contigo mismo y con los demás. Quien no fija límites generalmente queda mal con todos precisamente porque quiere quedar bien, no puede decir no e intenta cumplir con las expectativas de todos, lo cual acarrea múltiples y variadas consecuencias nada gratas.
mayo 19, 2008
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