
Ayer por la noche entre jarocho y jarocho (yo siempre termino tomando chocolate, ja!) CR abrió su corazón y su mente. Leyó el blog... dijo que se identificó. Su cabeza está tan llena de ideas, su corazón tan lleno de sentimientos, que no podíamos concretar nada y pasábamos de un tema a otro. A pesar de eso, fue tan rico repasar nuestro presente y nuestro pasado que me sentí abrumado por tantos pensamientos y sentimientos dispersos, intermitentes, insistentes, emergentes. Fue ella quien me habló, sin que yo le preguntara, de un síndrome típico y delirante que vivió en su ya lejano pasado. Le hemos bautizado El Síndrome Tarzán.
Seguro se imaginan de qué puede tratarse esto. A CR le rompieron el corazón y, como un reflejo de su impotencia, frustración y coraje, se propuso casi inconcientemente darnos a los hombres una sopa de nuestro propio chocolate: soltar el verbo, elevarnos el ego para luego soltarlo en caída libre, atraernos y alejarnos sin motivo aparente... una perfecta femme fatale, tan hipnotizante como el canto de una sirena, pero tan peligrosa como la misma medusa.
Hasta aquí nada que ver con Tarzán, lo sé, ya voy, ya voy.
CR, sin darse cuenta, en su afán por darle al género masculino una lección (al más puro estilo de Laure en la película de Brian De Palma, pero sin asesinatos, sangre y esas cosas, claro), fue perdiendo energía y acumulando dolor en cada intento. Sí, suena peliculesco, pero es real. Ella iba saltando de relación en relación. Su truco era evitar involucrarse, se sentía demasiado fuerte, pero en realidad lo que la hacía fuerte era su enojo, su dolor, la herida abierta del pasado. Ella, como Tarzán, iba de liana en liana, de relación en relación, no dejando una hasta haberse afianzado bien de la otra, no importaba qué ocurriera, ella no se detendría. Es un juego muy arriesgado, tomando en cuenta que un día podría tener un accidente pues la espesa selva oculta muchos peligros, de algunos de los cuales ni el mismo Tarzán podría defenderse.
Si quieren preguntarle algo escriban en este post un comentario, yo me encargo de que ella lo responda.

2 comentarios:
Me gusto la ilustracion. Bueno algo importante que me gustaria compartir en esto es que muchas personas hombres o mujeres pensamos que necesitamos a una pareja para sentirnos plenas y cuando la tenemos nos damos cuenta que nos seguimos sintiendo igual y por eso vamos de pareja en pareja, por que no llenamos ese vacio que tenemos con nada, pero basta con quitarnos esa idea de la cabeza, para darnos cuenta lo bien que podemos estar solos y podernos consentrar en nosotros mismos, para podernos conocer mejor, definir bien nuestros propios intereses, que es lo que realmente queremos y esperamos de nosotros mismos y de la persona que deseamos como pareja. pero a muchos se nos complica darnos ese espacio, pero cuando lo logras te das cuenta que tu bienestar no depende de una pareja, que muchas veces es lo que nos inculca la sociedad, siempre preguntandonos que si tenemos novio? que si ya nos vamos a casar? parece que ellos tuvieran prisa por nosotros, pero al fin de cuentas es nuestra vida y tenemos que vivirla y disfrutarla al maximo sin que tu felicidad o bienestar dependa tu pareja o de lo que opinen o piensen los de mas. Esto es lo que queria compartir.
Saludos y besos
Aunque este espacio no se trata de estar total y absolutamente de acuerdo, definitivamente lo estoy contigo! La presión social es un factor que nos "empuja" a cometer muchas tonterías, aunque deberíamos madurar y tomar nuestras propias decisiones. A decir, verdad, te me adelantaste al blog de hoy, jeje, en cuanto a lo que necesitamos y no necesitamos para ser felices (como tener una pareja), aunque yo quisiera profundizar mucho más en ello y que me ayudes a poner ideas al respecto en la mesa. Sobre el tema escribiré muuuucho en este espacio. Gracias por comentar!
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